El acné trae quebraderos de cabeza para toda persona que lo experimenta en primera persona, sobre todo en casos en los que es de un tipo más severo y requiere un tratamiento más fuerte respaldado por un profesional de la dermatología. Antes de llegar a un punto así, sobre todo si son casos de acné más leves, se tiende a buscar soluciones por cuenta propia (para cualquier tratamiento sería necesario acudir a un especialista). En casos así, y en los más severos también, una de las primeras cosas en las que nos solemos fijar es en la alimentación. Pero, ¿es cierto que la alimentación y el acné tienen una relación directa? Lo cierto es que los estudios no son concluyentes, aunque sí se reconocen algunas relaciones.
Relación entre la alimentación y el acné
No es muy descabellado pensar en que hay una relación entre lo que comemos y lo que nuestro cuerpo manifiesta, tanto externamente como internamente. De hecho, ya sabemos que la alimentación tiene un impacto en nuestra salud a rasgos generales, por lo que buscar algunas respuestas sobre el acné en la alimentación no es de extrañar. Teniendo en cuenta esto, no podemos olvidarnos de las respuestas muy frecuentes entre modelos y otros famosos cuando se les ve con un cuerpo sano y atlético, que suelen responder a las preguntas sobre sus secretos para mantenerse así con “comer bien, beber agua y hacer deporte”. Esta respuesta que parece que no aporta demasiada información es, en realidad, el resumen perfecto de lo que deberíamos hacer todos.
Pero llegados a este punto, ¿qué alimentación es óptima para combatir el acné? O, dicho de otro modo, ¿qué alimentos debo evitar para combatir el acné? Como ya hemos adelantado, los estudios no son concluyentes, pero sí se ha establecido que puede haber algunos culpables que pueden hacer que el acné persista. Estos alimentos serían aquellos que tengan un índice glucémico elevado, los azucarados, los lácteos, entre otros, que puedes consultar en esta web.
Un pequeño truco para saber si puede afectar este tipo de alimentos en el acné es eliminarlos de la dieta durante unas tres o cuatro semanas. En este tiempo podemos ir observando como va actuando la piel sin la ingesta de estos alimentos. Una vez pasen las semanas, introducimos en la dieta alguno de los alimentos y observamos cómo reacciona la piel en los días posteriores. Con estos deberes hechos, podemos acudir a un profesional dermatólogo con algo más de información y comentarle lo que nos ha pasado, para no partir desde cero.
Alimentos para combatir el acné
El quid de la cuestión no es solo saber qué alimentos evitar, sino consumir aquellos que nos pueden beneficiar. Debemos tener en cuenta y hacer hincapié en que, por más que comamos alimentos que pueden beneficiarnos, debemos eliminar los que no nos benefician y adoptar unas medidas de vida saludables. Es decir, si comemos mucho de un producto “bueno” y un producto “malo”, no servirá de mucho. Lo mejor es dejar de lado los poco óptimos en nuestra rutina, lo cual no quiere decir que no se consuman nunca, sino que se limite su ingesta, y añadir en la dieta los que nos pueden ayudar, que vamos a citar a continuación.
- Alimentos que contengan omega-3 como el salmón, el atún, la linaza o la chía.
- Semillas como las ya mencionadas chía y linaza, calabaza, girasol, etc.
- Frutos secos como nueces, almendras, avellanas, pistachos, entre otros.
- Alimentos ricos en vitamina A como las espinacas, la zanahoria, el mango, etc.
- Alimentos ricos en vitamina C y E como la naranja, el limón o el brócoli.
- Los carbohidratos como arroces y pastas integrales, la quinoa o la avena.